domingo, 17 de junio de 2012

Tranquilo Sr. Alcalde. Parte 1

Hace unos años mi gran amigo Víctor Otero me propuso preparar una ponencia en la que abordase la problemática de los planes de emergencia municipal, concretamente, de la importancia de que contaran los municipios con esa herramienta y de hacerles comprender las ventajas que podía reportar su elaboración, así como despejar “los miedos” que frenaban su confección.

Bonito reto pero no de fácil resolución. La experiencia que había atesorado en esta materia se remontaba al año 1990 en unas jornadas técnicas que nos organizó la Junta de Andalucía a los Jefes y Coordinadores de Protección Civil de Andalucía en el que nos trajeron un plantel de lujo, expertos en gestión de emergencias, con muchas horas de vuelo y que habían desempeñado su trabajo en lugares y puestos de muy alto nivel. Por lo menos para nosotros era otra galaxia, otro mundo que lo veíamos muy lejano. En el año 1990 no teníamos Bomberos en mi localidad, es más, ninguna población de las tres provincias con las que mi término municipal lindaba tenían parque de Bomberos. Solo en las capitales de provincia se contaba con ese servicio estando el más cercano a 75 km. Eran tiempos en los que había más Alcaldes que Bomberos. Recuerdo especialmente de aquellas jornadas las clases, para mí magistrales, de Mr. Grahan Watt, exGobernador de Washington, el Dr, John Granito, Vicepresidente de la Universidad de Nueva York o Mr. Vic Subia, Capitán de Bomberos de California.

Lejos de participar en las típicas jornadas entre ponente y audiencia donde el primero lanza su perorata y el resto escuchamos, descubro una forma más ágil y participativa, en la que tras fundamentar los aspectos claves sobre el tema a tratar pasamos a la acción con la práctica en escenarios virtuales, basados en incidentes reales, en los que asumimos los diferentes roles de los recursos implicados en la emergencia. Con ello conseguimos adquirir los conceptos así como ponerlos en práctica ante un hecho acaecido.

Recuerdo concretamente el guión que nos proporcionaron sobre un accidente de ferrocarril cercano a una población de 18000 habitantes, Miamisburg - Ohio, en el que un convoy descarriló y se incendiaron una serie de vagones que contenían fósforo y que duró 5 días. Por cierto, me toco asumir el rol del Gobernador del Estado y lo relacionado con la información / comunicación.

8 de Julio de 1986

Gracias a esta experiencia imborrable ya tengo claro que metodología voy a utilizar para plasmar la necesidad de contar con un Plan de Emergencia Municipal y solo me resta seleccionar un siniestro que por sus peculiaridades acerque a mis futuros pupilos a su comprensión y necesidad ineludible. El ejemplo o escenario virtual a construir no es baladí, dado que seleccionar un incidente de grandes proporciones o exageradamente catastrófico, como puede ser un terremoto, pueden desvirtuar el objetivo de la propia ponencia o distraernos de la valoración / captación que el análisis de la emergencia nos va a proporcionar.

Como ya comenté en mi primera aportación en este blog, Estudia el pasado si quieres pronosticar el futuro, desde 1985 vengo recopilando y analizando diferentes emergencias que se han producido para de esta forma aprender y descubrir otras perspectivas de los siniestros que de otra forma no visualizaría. La colección que poseo es amplia. En la actualidad, muy amplia, porque gracias a internet he tenido acceso a muchas de las que se han producido y conservo muchas horas de video, audio y miles de fotografías. De entre ellas destaca un accidente que me causo un hondo pesar y conmoción al igual que a España entera. Se trata del accidente de tráfico que se produjo en Golmayo, Soria, el 6 de julio del 2000

“en memoria de las víctimas del fatídico accidente”

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